Alegre Valgañón Blanco 2020.

Óscar Alegre y Eva María Valgañón. Y su vino blanco fresco y soleado. Con la perla blanca de Rioja como actriz principal en una película vitivinícola que llama la atención ya desde que agarras la botella y divisas el contenido. Porque el amarillo es en paleta de colores peculiar, intenso, jalde, áureo y seductor. La Viura se deja acompañar por una proporción menor de uvas de Garnacha Blanca y una cantidad aún menor de Rojal y Calagraño. El metraje sigue y la historia de cata es comedia elegante, con un guiño de rusticidad, romántica gracias al Amor Blanco, qué nombre más literario, esa variedad tan ligada a la historia de la denominación de origen Rioja dotada de acidez y duro hollejo, correctora ideal de malas tramas, escasa en expresión aromática, rústica y temida por muchos elaboradores. Perla blanca, Viura. Amor Blanco, Calagraño. Y luego la del terciopelo y la untuosidad, la Garnacha Blanca. Hasta que llega el The End, no hay minuto para el aburrimiento. Con la influencia atlántica suave de los Montes Obarenes, viñas ubicadas en los términos municipales de Galbarruli, Sajazarra y Fonzaleche, suelos de composición calcárea en el asiento de las cepas. Alegre y Valgañón vinifican, previa cosecha manual del fruto, con un proceso de fermentación que incluye pieles en un porcentaje del treinta por ciento, y una maduración de diez meses en barricas de quinientos litros, bocoyes de mil litros y en continentes de hormigón. Aromas cítricos, florales y herbales, gestos olfativos que memoran mineralidad y calcitas. Es en boca donde esta añada 2020 demuestra mayor complejidad, untuoso y sabroso, dinámico, incisivo, mordaz. Gestiona un punto de acidez gustoso, con el paso profundo, desplegando empaque derivado de la fermentación maloláctica que no se disimula y que juega a su favor. Buena clave de persistencia y una magnífica personalidad. Añade a las emotivas memorias de limón, recuerdos de cereal, herbales, algunas flores amarillas y una suave mineralidad, que hace del epílogo un canto a la excelencia. Me ha encandilado. Una gran añada para un vino blanco de Rioja de los de presumir cuando bebes con visitantes foráneos, demostrando que en esta comunidad autónoma, los vinos blancos también tienen su este y su aquel.

Puntos El Alma del Vino : 18/20.