Alfredo Maestro La Cosa-The Thing Cosecha 2018.


El director de cine estadounidense John Carpenter estrenó el cuento visual The Thing en 1982. Años más tarde, en 1998, el vitivinicultor peñafielense Alfredo Maestro se empeñó en plantar y leer, en iniciar un proyecto personal singular, en el que los vinos llegarían, dotados de la excepcionalidad por encima de la mediocridad. Y lo ha logrado, amparado en aquellas lecturas y en la ciencia infusa, captada de los testimonios y la praxis de los agricultores a los que preguntó. John Carpenter dijo una vez que siempre tuvo que proteger sus películas. “Me he peleado para que no les pusieran sus manos encima, porque en mi país no quieren que los autores seamos los dueños de nuestras obras. La lucha es dura”.

No creo que Maestro piense exactamente lo mismo, pero es cierto que en la declaración de intenciones de uno y otro hay un punto en común, cierta rebeldía, un instinto revolucionario, que como en todos los genios, tiene un indudable punto de carácter, ingenio y singularidad. Un éxito que se sale de lo estrictamente convencional. Así es La Cosa-The Thing, un vino que en su edición de vendimia 2018, refleja la maravillosa esencia de la varietal Moscatel de Alejandría, fruta cosechada en viñas del término segoviano de Valtiendas, ubicadas a una altitud de mil metros sobre el nivel del mar y asentadas en suelos de composición arcillosa con presencia de canto rodado. Y Maestro lo define como un vino blanco naturalmente dulce porque tras la vendimia manual, los racimos se colgaron para una aireación y deshidratación, prolongadas durante un periodo de dos meses más, llegando a una  Botrytis que cubre el noventa por ciento de la uva. Después llega el prensado y una vinificación en depósito de acero inoxidable con levaduras indígenas. Lenta fermentación alcohólica, parada fermentativa, y decantación en los meses invernales. Delicioso, equilibrado, rompedor, con una estampa cromática amarilla oro viejo, reflejos ambarinos, brillante y anunciando media condición glicérida, armando en la proximidad aromática un perfume con memorias de membrillo, cítricos, nísperos, confituras, herbales y rocío de miel. La boca abre sabrosa, compleja, con untuosidad, prolonga sensaciones y se exhibe con nervio en el avance, converge desde la amplitud a un tic gustoso, en donde el dulzor y la esencia cítrica de la fruta se unen para lograr el éxito. Estupenda edición de añada. El dulce encanto de lo peculiar.

Puntos El Alma del Vino : 18/20.

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