Tempranillo en proporción mayoritaria y un aporte de Garnacha forman la conjunción varietal de este vino tinto crianza de Bodegas Paco Garcia correspondiente a la edición de vendimia 2020. Acredita una maduración en barricas de madera de roble francés de un año, con los pasos previos en el vinificado que Juan Bautista García Pablo dirige con el aval de la fruta madre vendimiada en tres fincas de su propiedad. Como homenaje, al que desde estas líneas me sumo, a los dos Franciscos de la familia que ya no están, padre y hermano, va el nombre de la bodega y sus diferentes referencias en botella. Caté de botella recién descorchada para la ocasión y disfrute de parte de su contenido, junto a la apreciable escolta de unas lecherillas de cordero con alegrías riojanas, un vino que expresaba un cromatismo rojo picota con reflejos púrpura, brillo y limpieza, sabroso en boca y amparado bajo el patrón de los vinos tintos de la denominación de origen Rioja. Equilibrado, la fruta alzada por encima de las sugerencias de la influencia del roble que le sirve en la crianza. Buena expresión de la acidez, estructura marcada y tanicidad madura y pulida. Media fluidez en el avance. Quien ha seguido la evolución, añada tras añada, de esta referencia valora primero el cambio estético en la etiqueta representativa, y después la buena personalidad de esta edición de cosecha, que se expresa con buen equilibrio y traza identitaria.
El Alma del Vino : 16’75/20.
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