Uvas de las varietales Tempranillo, principal, Viura y Malvasía, forman la base de este vino surgido de labores de agricultura ecológica y de un posterior proceso de maceración carbónica. Campo y bodega, dos pilares inexcusables en la filosofía de Gorka Mauleon e Itxaso Compañón, una pareja que defiende a base de trabajo la vitivinicultura sostenible, con impecable respeto a las cepas y su entorno. Años hace ya de mi primer encuentro con ellos y puedo afirmar que el ingrediente orográfico y sus espacios de plantación con cercanía a pequeñas corrientes fluviales, bancales, barrancos y replanos, aportan una influencia telúrica a su fruta, la que vendimian con mimo para dar luz a una sugerente colección de referencias. Dieciocho parcelas en propiedad que ocupan nueve hectáreas de extensión, son el tesoro apropiado para alcanzar el objetivo buscado : la satisfacción de quienes catamos y bebemos vinos como este Herrigoia. Diez micro parcelas dan pie a la fruta madre utilizada en su elaboración, que se lleva a buen término ensalzando la condición aromática que facilita la bendita fuga de los terpenoides del fruto. La fermentación de la uva entera con ese proceso, en el que los azúcares dan energía a las levaduras de la uva, iniciando la fermentación en el interior de cada una de ellas, recrea una seña de ducha frutal, que no me cansaré nunca de aplaudir. El lago de Compañón Arrieta es la herramienta. Un depósito abierto de hormigón que es el prólogo de la actuación en bodega, siendo el escenario idóneo para fermentación y afinado final. En copa parada tras el primer servicio, exhibe una cromática limpia y brillante, rojo violáceo y picota, en la cercanía aromática surge un abanico de memorias, fruta roja y negra en sazón, balsámicos y herbales finos, algunas flores. La boca abre con una detonación identitaria de fruta, punto estupendo de juvenil frescura, chispeante y lleno de nervio, amplio en el recorrido, la expresión de una buena Tempranillo de principio a fin. Da gusto el instante en el que los catadores lanzamos un sorbo de vino por encías, lengua y paladar, porque las evocaciones de moras de zarza, fresas de mata y grosellas se hacen fuertes. Deja huella, estupenda edición de añada esta del 2022.
Puntos El Alma del Vino : 17’75/20.
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