El enólogo Juan Jesús Valdelana forma parte de la estirpe de una familia implicada en la cultura vitivinícola y en la elaboración. Hoy mismo he catado una de sus referencias, el vino tinto crianza de la edición de vendimia 2020. Dando amparo a un pastel de carne, con hongos y queso, creación de un establecimiento de la muy logroñesa calle laurel, el vino, elaborado con una conjunción varietal de uvas de Tempranillo, proporción mayoritaria, y Mazuelo, se ha expresado con finura e intensidad frutal, con viveza e identidad. Amplifica la influencia mediterránea sin olvidar, por la zona donde se asientan los viñedos que dan luz a la fruta madre, cierto componente atlántico. Suelos arcillo calcáreos y ese punto de la uva mazuelo, más fuerza tánica y acidez, confieren al vino una enjundia muy apreciable. Tras la vendimia, se vinifica en bodega incluyendo maceración prefermentativa en frío y un proceso de fermentado espontáneo. Maloláctica llevada a buen término en barricas de madera de roble francés, donde madura durante seis meses, otros seis en barricas de roble americano. Rojo apicotado limpio y brillante en copa parada, deslizando en la cercanía aromática nostalgias de fruta negra en sazón, con centro balsámico y algunas notas que recuerdan hierbas aromáticas muy suaves. La influencia del roble en segunda línea. Apertura en boca elegante, con equilibrio y viveza en el recorrido, frescura y taninos presentes y golosos, muy buena persistencia, amable y expresivo. Un vino de la familia Valdelana que habla de tradición, de singularidad y de pasión por el trabajo bien hecho.
Puntos El Alma del Vino : 17’25/20.
Comentarios
Publicar un comentario