Losada Vinos de Finca Añada 2018.


Con origen en cepas de una edad media de entre cuarenta y sesenta años que atienden a maneras de agricultura sostenible, se elabora esta referencia de la bodega berciana Losada Vinos de Finca, y recuperar la referencia hoy para este cuaderno personal de bitácora supone reencontrarme con uno de esos vinos que siempre llevo en el corazón. Porque en el pasado y con la desinteresada colaboración de este dominio pude almacenar impresiones de diferentes ediciones de añada. Recuerdo haber escrito sobre mis catas de las añadas 2008, 2009 y 2010, siempre con perfiles de golosas sensaciones, fresco y jugoso, plenitud en señas de concentración y con un chorro placentero de fruta. Con Amancio Fernández en la responsabilidad enológica, y el proyecto de arquitectura de Jesús Manzanares, dando forma a una bodega que fundada en 2005 constituye un ejemplo de recuperación histórica y de integración paisajista. Suelos pobres con componente de arcillas rojas y una vendimia manual que se distribuye por criterios autónomos de maduración en función de cada parcela. La potencia de la mencía, siguiendo los cauces de una vendimia manual, un ligero estrujado en el inicio e incluyendo una maceración previa a la fermentación que se lleva a buen término utilizando levaduras autóctonas en depósitos de acero inoxidable con periódicos remontados. Maloláctica en barricas y maduración de doce meses en barricas de madera de roble francés de uno, dos, tres y cuatro años. Se embotella sin filtrados ni estabilizados. Tras el descorche y primer servicio en copa vislumbro una cromatismo rojo picota con rojos reflejos, brillante y limpio, asomando en la cercanía aromática una nostalgia firme de fruta roja en sazón, balsámicos centrales y flores violetas. Hay un guiño especiado de menor intensidad. La boca es amplia, sabrosa, marcada por una especial viveza y una jovial intensidad que en encías y paladar deja su impronta. Buena traza de acidez, persistencia notable en el epilogo, raigambre atlántica, con la frescura y la condición de la mencía siempre en primer rango de protagonismo. Taninos maduros y en la retronasal junto a la fruta roja, descubro memorias de fruta negra. Sedoso y amplio. El enólogo padre espiritual de este vino afirmaba en una entrevista que sí me gustan los vinos de una determinada manera, vinos que tengan definición, que reflejen de donde son. Pues bien, esta edición de vendimia 2018 insiste en mi criterio del pasado sobre el Losada, vino franco, fresco, alegre y lleno de expresión.

Puntos El Alma del Vino : 17’50/20.

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