Raúl Moreno La Esencia 2022.


Me gustan los vinos que imprimen a su degustación un halo de viveza. Que resultan crepitantes en el devenir de la cata. Que dan la cara desde la primera cercanía a copa, alternando expresividad y ciertas notas de peculiaridad. Aquellos que tras una franca frescura y una jovial lozanía, te hacen sentir que detrás de un vino hay una buena fruta bien madura y un trabajo de bodega digno de aplauso. La Esencia en edición de vendimia 2022 reúne ese perfil. Raúl Moreno es un revolucionario. El padre espiritual de La Esencia y elaborador incansable, simboliza la reivindicación modernista del Marco de Jerez como centro neurálgico de un rincón geográfico de la vitivinicultura andaluza y española que hace años necesitaba más allá del elogio eterno a una tradición y a la albariza, benditos singulares suelos, un golpe de timón, compatible con los vinos jerezanos de siempre, pero que pusiera en solfa a quienes pensaban que en ese espacio identitario no se podían inventar más historias que las ya contadas. Vinos naturales lo llaman y lo son. Elaboración con uvas de las castas Tintilla, Palomino, Pedro Ximénez y Arinto. De Jerez de la Frontera, Pago Carrascal la Palomino y la Tintilla. Del legendario Pago Balbaina, la Pedro Ximénez y de Sanlúcar de Barrameda y Pago Miraflores, la fruta de Arinto.
Tras la cosecha se procede con una fermentación en tinajas de barro crudo de mil litros y una co-fermentación de racimos enteros de Tintilla y Palomino en tinaja rubia y de Tintilla, Arinto y Pedro Ximenez en una tinaja roja. Posterior maceración con pieles durante dos semanas y un pigeage suave manual.
Maduración durante un periodo de cuatro meses en tinaja de arcilla roja de mil litros, además de un porcentaje que se pasa a tanque de acero inoxidable. Sutil, con un guiño de rusticidad, armonioso como una pieza acústica de violín, medianamente eléctrico en el paso por boca y paladar, armado de fruta roja madura y comunicativo en progresión constante a medida que pasan los minutos tras el inicial descorche y servicio en copa. Limpio, brillante, en su aspecto cromático, picota claro, con nostalgias en nariz que recuerdan cerezas, guindas, guiños florales y algún especiado. Fluido en su despliegue en boca, dotado de personalidad, intenso y con emotiva frescura y sabrosa acidez. Equilibrado y gentil. Muy adecuado nombre de bautismo que le define. Franca y golosa expresión tánica. Media alta persistencia. Como ya dijo el sabio Aristóteles “La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”. La esencia de Jerez tiene su arte. Raúl Moreno forma parte de este, sin lugar a dudas.

Puntos El Alma del Vino : 17/20.

Comentarios