Mesura, suavidad, identidad sin celofanes, fruta y condición Rioja. Así interpreto yo el descorche y análisis desde el exterior de la copa del Puppi de Barbarot, en su edición de vendimia 2015. Es lo que me cuenta este vino que la incansable Bárbara Palacios defiende en el mercado, como segunda referencia del trabajo que realiza en una extensión de terreno ubicada en una altura sobre el nivel del mar de entre cuatrocientos noventa y quinientos cincuenta metros, cuyos suelos presentan una composición arcillo calcárea. Cepas que cumplen su ciclo vegetativo bajo una influencia climática continental con detalles atlánticos. Tempranillo mayoritario con aporte menor de Merlot. Bárbara definía de este modo su Puppi en una entrevista de febrero del año 2020 realizada por la periodista Lucía Gómez de la Calzada : “ es un vino desenfadado, perfecto para el copeo, comidas sencillas, un vino para estar con los amigos, abrirlo y compartirlo. Es fácil de beber. Aun y así, tiene mucha fruta y potencia.” Básicamente estoy de acuerdo con ella, porque lo que me aporta la cata y degustación de la añada 2015 de este vino es rutilante sencillez. Tras una cosecha manual y seleccionada de los racimos, se procede con el vinificado que incluye una maceración prefermentativa el frío y una fermentación alcohólica, usando levaduras indígenas. Dos remontados diarios y de modo habitual, también dos delestages y bazuqueos. Después maceración pos fermentativa y tiempo de maduración, en barricas usadas de madera de roble francés de un año. Despliegue cromático rojo picota con reflejos grana, limpio y brillante, nariz que recoge memorias de fresas de mata y ciruelas rojas, balsámicos en el centro del perfume y matorral de monte bajo, tomillo, notas especiadas muy suaves. Boca que abre con suavidad y fluidez, taninos que se proyectan con finura y estilo, equilibrado, la fruta fresca siempre en primera línea, buena seña de acidez y de la persistencia. Muy sugerente. Fin de la retronasal que expresa una condición de terrosidad liviana pero presente. Cuando un aporte de menos del quince por ciento de Merlot concede a la Tempranillo de Rioja, antocianos, taninos y más dosis de estructura, si cabe. Magnifica añada, Bárbara.
Puntos El Alma del Vino : 17’50/20.
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