Bodegas Muga Reserva Selección Especial 2019.

Tempranillo, Garnacha y Graciano forman la riojana trinidad de variedades que dan vida al selección especial de Bodegas Muga, un vino tinto reserva que en su edición de vendimia correspondiente al año 2019 estuvo presente en la mesa de mi cena de Nochevieja. El que yo considero un valor seguro, ve la luz con la utilización de fruta procedente de un viñedo de doscientas hectáreas localizado en los Montes Obarenes y la Sierra Cantabria, dispuestas en ladera y asentadas en suelos se componente arcillo calcáreo. Los icónicos depósitos de roble de la familia Muga, sirven como continente para llevar a buen término la fermentación alcohólica que se lleva a cabo con levaduras indígenas. La maduración se prolonga durante veintiséis meses en barricas de roble francés, como paso previo al embotellado que tiene lugar mediando una clarificación con clara de huevo fresco. Tras el embotellado, afina por un tiempo de dieciocho meses como antecedente a su salida al mercado. Exhibe en copa parada una cromática picota intensa, limpia y brillante, marcando en la cercanía olfativa memorias de fruta negra y roja en sazón, balsámicos, especiados y en el inicio un guiño ahumado ligero. Arranca con plenitud en boca, buen equilibro goloso y del lineal de acidez, profundo, con sensaciones nítidas de ducha de fruta, volumen y persistencia, taninos pulidos y maduros. Brillo goloso. En referencias como esta de Muga, se hace buena la máxima del genial pintor francés Pierre-Auguste Renoir, “Me gusta una pintura que me hace querer pasear en ella”. Trasladada al vino, la reflexión se cumple en este vino, imaginado todas las fases de su consumación, desde el ciclo vegetativo hasta el último minuto de bodega. Una estupenda añada.

Puntos El Alma del Vino : 17’75/20.

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