Château Carlmagnus 2017.

Cuenta la leyenda que quien fuera rey de los francos y emperador de Occidente hasta su muerte, Carlomagno, puso pie en la finca propiedad de esta bodega bordelesa, ubicada en la apelación Fronsac y extendida por doscientas hectáreas, sobre suelos de composición arcillo calcárea. Hoy en día, es el  tirador de esgrima francés Arnaud Roux-Oulié quien dirige el dominio, en el afán de dar cumplida cuenta a la pasión que atesora por la cultura vitivinícola. Château Carlmagnus en edición de vendimia 2017, tiene el encanto de la variedad Merlot, un sutil equilibrio, fino, elegante, en donde la integración entre fruta y madera destaca con brillo propio. Estampa cromática púrpura con algunos tonos rubídeos, en la cercanía aromática arma nostalgias de fruta negra y roja en sazón, tics balsámicos, ahumados y especiados, desplegando hacia el final del perfume memorias que dejan huella, probable, de uvas  cosechadas con media baja maduración, herbales, que despliegan guiños organolépticos de terrosidad. Arranque en boca con sapidez y cierta sutileza, buen recorrido de la trama de acidez, taninos maduros y finos, seña de persistencia. Creo que sin ser la mejor edición de añada del Carlmagnus, tiene una afinada condición, es amable y se enorgullece de un importante equilibrio entre la fruta madre y el roble que le sirve de continente durante la maduración, que se cumple por un periodo de entre doce y catorce meses, en una proporción de madera nueva menor a la usada. La retronasal insiste en las evocaciones aromáticas y añadiría un gesto férrico más liviano. Un Fronsac bien dotado que deja sello de distinción. 

Puntos El Alma del Vino : 16’75/20.

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