La Rioja Alta Gran Reserva 904 Añada 2009.

Vino catado en setiembre de 2018, en Haro.

Un clásico del Barrio de la Estación de Haro que se elabora con una base mayoritaria de uvas de la casta Tempranillo vendimiadas en viñedos de más de sesenta años localizados en los términos municipales de Briñas, Labastida y Villalba, con un aporte del diez por ciento de graciano de la finca Montecillo, enclavado en Fuenmayor. Tras la vendimia y porte a bodega de la fruta, mediante camiones refrigerados, se procede en bodega con un despalillado y estrujado, obteniendo el mosto que se deposita en continentes de acero inoxidable, donde durante diecisiete meses se desarrolla el fermentado alcohólico bajo control de temperatura. Posterior maloláctica y paso a barricas de madera de roble americano donde se inicia y concluye una maduración que comienza en abril de 2010 y finaliza en abril de 2014. En ese periodo se realizan trasiegos con una periodicidad de seis meses. Se realiza el pertinente ensamblaje varietal y se lleva a cabo el proceso de embotellado, antes de su salida al mercado.

Descorche de inicio y presencia en copa parada que apunta tonalidades picota de notable intensidad, con reflejos grana y rubí, afirmando notas de limpieza y finura, asoman en la cercanía aromática nostalgias de fruta roja y negra en sazón, guiño licoroso suave, esencias especiadas dulces y tonos balsámicos y tostados en el centro del perfume. Hay memorias de bombón inglés en el avance olfativo, con una sensación final en donde se unen notas de almendra tostada y rasgos silvestres bien engarzados en el conjunto. Equilibrio y buena balanza entre fruta y madera, siempre mediando una correcta aireación de inicio. La boca abre sustanciosa, muy en clave vinos finos de Rioja, con señas indiscutibles de estructura y volumen, registro de los taninos que se muestran golosos y algo marcados, persistencia en clave de muy buena intensidad. Aunque le queda un tiempo adicional en botella para lograr su mejor momento de forma, contemplo ya un presente magnífico.
La retronasal habla de ciruelas rojas y negras, cerezas, vainilla y en menor medida coco, con señas de kirsch,regaliz y apuntes tostados que se unen a memorias de almendra y cacao. Largo y muy evocador, con un final que expresa sapidez y longitud. Seda y aroma de Rioja, una estupenda edición de añada para una referencia de La Rioja Alta, que ya es un inevitable valor seguro en cualquier comida ó cena que se precie.

Puntos El Alma del Vino : 17’50+/20.


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