Vino catado en el año 2019, en Haro.
Con fruta de la casta varietal garnacha procedente de un viñedo con una antigüedad cercana a los cien años localizado en el municipio riojano de Villaseca, elabora la vitivinicultora riojana Berta Valgañón este vino tinto que pretende expresar con rotundidad la personalidad de las uvas que le dan vida, con el uso de tinajas de arcilla en su elaboración, continente que para esta mujer de vino, purifica y limpia el vino, sin maquillajes ni oropeles innecesarios. Afirma Valgañón que a la garnacha le va la tinaja porque mantiene ese punto equilibrado de rusticidad y tras una vendimia selectiva comienza en bodega una vinificación que incluye macerado de veinticuatro horas y fermentación alcohólica con muy poco aporte de sulfuroso. Permanencia en la tinaja durante cuatro meses y posterior traspaso a depósitos de acero inoxidable, en los que completa la fermentación maloláctica. Embotellado posterior sin clarificados ni filtrados, para afinar seis meses más antes de su salida al mercado. En copa parada, tras el descorche, asoma un cromatismo picota intenso y limpio, brillante con reflejos violáceos, cercanía aromática que destaca por nostalgias de fruta roja en sazón, balsámicos y matices silvestres, arma un tono de caramelo y alguna brisa fina de bombón inglés. En todo caso su carácter olfativo es frutal, prolongado y equilibrado. Boca sustanciosa, con buen despliegue de frescura, rollizo y persistente, volumen y sapidez. La línea de acidez se extiende ufana y describe unos taninos maduros y golosos. Retronasal que habla de cerezas y grosellas, desliza un guiño varietal de franqueza con memorias de piel de naranja y una continuidad de regaliz y brezo. Finaliza con una seña de cacao y arropes de higo. Sabroso y con un perfil magnífico como vino representante de la garnacha de la denominación de origen Rioja.
Puntos El Alma del Vino : 18/20.
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