Abel Mendoza Jarrarte 2023.



Llevo ya unas cuantas añadas disfrutando del Jarrarte de Abel Mendoza y Maite Fernández, una de esas parejas volcadas con el viñedo de Rioja en su bodega de San Vicente de la Sonsierra, un municipio en el que la vitivinicultura es religión, o filosofía para los no creyentes. Y es que la Tempranillo surgida del ciclo vegetativo de las viñas ubicadas en el término municipal donde se emplazan también el dolmen neolítico de la Cascaja y el poblado de la Nava fechado en la Edad de Hierro, es por regla general, excepcional. Los suelos donde se asientan las viñas acreditan una composición arcillo-calcárea, pobres en materia orgánica, nutrientes y sales minerales, con una influencia climatológica mediterránea y atlántica. Mendoza usa métodos de agricultura ecológica para mimar sus terrenos. Cosecha manual de la fruta madre en viñedo de la propiedad. Elaboración con los racimos enteros y fermentación alcohólica en lagares abiertos de hormigón. Es una de esas maceraciones carbónicas de la histórica denominación de origen que afirman sello, identidad, ducha de fruta y criterio en su elaboración. Añada tras añada, con relativa independencia de los agentes externos que marcan cada edición de vendimia. Expresa naturalidad, franqueza y toda la fuerza de la Tempranillo de Rioja. Tras el descorche y primer servicio, asoma un cromatismo rojo picota, con reflejos violáceos, limpieza y brillo. Nariz que recoge registros que memoran frutas rojas, fresas de mata, ciruelas rojas, yoyomos, tic balsámico suave y flores rojas y violetas, que se ven enlazadas con algunas sugerencias livianas de matorral. Boca jugosa, amplia, buen tiro de acidez, prolongado, añade alguna nota de calidez y resulta jovial en el paso, esgrimiendo el concepto de ducha de fruta. Añada que exhibe viveza y que me ha resultado muy satisfactoria acompañando en armonía un revuelto de huevos, ajo,champiñones y espárragos trigueros. Trayendo a colación al inmortal Edgar Allan Poe, La mocedad es un sol de verano. La juventud de un vino influenciada por las horas de sol que maduraron su fruto.

Puntos El Alma del Vino : 17’50/20.

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