Hay muchos iconos de los que presumir en La Rioja. Uno los vinos de maceración carbónica. Otro, los estupendos pimientos rellenos de carne, dulces o picantes, que para gustos no hay colores, ni sabores. Hoy me he animado a armonizar un vino de esta categoría, con un ejemplo de este tradicional manjar, obra artesana de mi carnicería de confianza, Emilio, ubicada en la localidad riojalteña de Haro. Técnicamente hablando, el proceso de maceración carbónica implica el paso de un metabolismo respiratorio a un metabolismo de tipo fermentativo en el instante en el que las uvas se ubican en una atmósfera extremadamente pobre en oxígeno y enriquecida con dióxido de carbono. En la práctica más simple, nos referimos a usar los racimos completos en lugar de los granos de uva sueltos, en el momento del fermentado. Luberri es una bodega localizada en el término municipal de Elciego, zona alavesa de la denominación. Con Florentino Martínez Monje al frente del dominio, es este vino uno de los buques insignias del trabajo que realizan. Elaborado con la variedad Tempranillo y un aporte menor de Viura, expresa un cromatismo rojo picota intenso, limpio y brillante, con reflejos violáceos. Los registros organolépticos del perfume ensalzan fruta roja y negra en sazón, balsámicos, ramillete de peonias y flores violeta. Boca de entrada muy crepitante, jugosa, zambomba de fruta, prolongadas sensaciones de frescura, lozanía. Se nota el chasquido, la revelación de una fruta madre potente. Centelleante. En el paso hasta el paladar motiva la ducha de fruta. Es una edición de añada muy equilibrada, con un sabroso tiro de acidez, bien integrado. Muy buena seña de persistencia. Nunca defrauda. Una de las más sinceras propuestas de la maceración carbónica de Rioja, añada tras añada. En mi mochila llevo unas cuantas.
Puntos El Alma del Vino : 17’50/20.


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