Con una base varietal mayoritaria de la casta viura y un aporte menor complementario de uvas de malvasía, se elabora en Bodegas Muga, este cava, que sigue los parámetros del método tradicional y que surgen de viñas localizadas en altura, con exposición norte. La fruta se cosecha unos días antes de lo habitual en vendimias para vinos blancos y se trasladan a bodega en donde tras una selección meticulosa de los granos a utilizar se procede con un prensado suave, obteniéndose el mosto que fermentará por vez primera en depósitos de madera de mil litros para después acometer la segunda de las fermentaciones, está vez en botella. Catorce meses de permanencia en rima y posterior salida al mercado. Fue una idea excelente a mi juicio, marcar los dígitos de cada edición de vendimia en la etiqueta exterior, logrando con ello distinguir en función de las características de cada ciclo vegetativo, la misma referencia en cada año de su presencia en el maravilloso y al mismo tiempo complejo, mercado de las burbujas.
Descorche y servicio en copa, pincelando una cromática amarilla brillante y limpia, reflejos pajizos suaves y cetrinos, con buen despliegue de burbuja fina.
La cercanía aromática descubre nostalgias cítricas y de fruta blanca, continuidad floral, con señas melosas y balsámicos en la continuidad, especiados dulces y un registro que habla de cereal. Muy frutal, con la pulpa presente de principio a fin.
En boca arranca con intensidad, acidez plena en el avance, resulta fresco y jugoso, tapiza la boca con volumen y estructura, vertical en su desarrollo, amplio y divertido. Expresa un tono acidulante directo y sereno. Bien delineado, muy buena seña de persistencia.
Añada que presume de viveza, casi gustativa electricidad, sin tapujos ni edulcorados añadidos.
La vía retronasal relata memorias de limón y manzana, pera y ciruelas proustianas, flor de azahar y bergamota, anisados y heno, con un evocador guiño de vainilla y camomila, y una buena condición en cuanto a su llegada y alcance.
Refrescante y juvenil. Adolescente, diría yo, siempre en una acepción positiva del término.
Descorche y servicio en copa, pincelando una cromática amarilla brillante y limpia, reflejos pajizos suaves y cetrinos, con buen despliegue de burbuja fina.
La cercanía aromática descubre nostalgias cítricas y de fruta blanca, continuidad floral, con señas melosas y balsámicos en la continuidad, especiados dulces y un registro que habla de cereal. Muy frutal, con la pulpa presente de principio a fin.
En boca arranca con intensidad, acidez plena en el avance, resulta fresco y jugoso, tapiza la boca con volumen y estructura, vertical en su desarrollo, amplio y divertido. Expresa un tono acidulante directo y sereno. Bien delineado, muy buena seña de persistencia.
Añada que presume de viveza, casi gustativa electricidad, sin tapujos ni edulcorados añadidos.
La vía retronasal relata memorias de limón y manzana, pera y ciruelas proustianas, flor de azahar y bergamota, anisados y heno, con un evocador guiño de vainilla y camomila, y una buena condición en cuanto a su llegada y alcance.
Refrescante y juvenil. Adolescente, diría yo, siempre en una acepción positiva del término.
Puntos El Alma del Vino : 17/20.

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