Jeff Carrel Lilac Wine 2017.


Vino catado en el año 2018, en Haro. 

“I made wine from the lilac tree
Put my heart in its récipe
It makes me see what I want to see
And be what I want to be.¨
( Lilac Wine, James Shelton-1950).

El elaborador Jeff Carrel rinde homenaje a su padre mediante esta referencia de su colección de vinos. Lilac Wine es además de un nombre elegido para dar luz a este conjunción varietal de las castas cariñena, garnacha y syrah, el título de una canción compuesta en el año 1950 por James Shelton que ha tenido diferentes intérpretes y versiones, desde Nina Simone a Eartha Kitt, pasando por la del cantautor californiano Jeff Buckley. El progenitor de Carrel, apasionado de la música y en concreto del jazz, tenía en esta canción uno de sus referentes y es por ello que su hijo ha querido rendirle un romántico homenaje, detalle que no podía dejar en el olvido.
Fruta que se cosecha en suelos de componente calizo y de esquisto, tierras muy oscuras, influenciadas por un clima mediterráneo. Se aplica un rendimiento de treinta y cinco hectolitros por hectárea, realizando un proceso manual de vendimia, macerando en carbónica la cariñena y la garnacha en frío durante quince jornadas, y triturando la fruta con los pies. La syrah sigue un proceso de pre fermentación, llevando después a buen término la fermentación alcohólica individualizada en función de cada variedad. Maduración en tanques de madera, por un periodo de tiempo breve, siempre siguiendo los criterios del enólogo.
En copa parada esgrime un cromatismo picota intenso y limpio, con reflejos púrpura y grana, abriendo en la cercanía aromática nostalgias de fruta negra y en menor medida roja, en sazón, ampliando con notas balsámicas, especiadas y un guiño de prolongación mineral, roca quebrada.
Buen equilibrio, siempre la fruta protagonista, con una franca y equilibrada complejidad. La boca abre con sensaciones vitalistas de frescura, buen lineal de acidez, hay longitud en su expresividad, suave en las formas aunque con intensas intenciones. Tiene persistencia, y unos taninos que se mueven por la senda de la madurez pero sin evitar un toque de astringencia, que aporta personalidad al conjunto. Y es que a algunos vinos no les hace falta resultar redondos, porque su velo de excepcionalidad reside en su robustez. La retronasal, afable, habla de moras y arándanos, notas silvestres en segunda línea, regaliz y pimienta, dejando hacia el epílogo ese apunte mineral que recuerda a piedra, canto rodado húmedo.

Puntos El Alma del Vino … 17´50(20).

Comentarios