Marqués de Cáceres defiende en el mercado un vino rosado elaborado de modo monovarietal con uvas de la casta Tempranillo, vendimiadas en tierras de Cenicero y de la zona alavesa de la denominación de origen Rioja. Fernando Costa, Emilio González y Manuel Iribarnegaray al frente de las labores enológicas, para una edición de añada 2022, que he decidido armonizar con una hamburguesa casera de carne de ganado Tajima, con patatas calceatenses fritas y pizca de mostaza de grano de Dijon. De esas uniones culinarias que enaltecen el espíritu. Cosecha manual del fruto, en su llegada a bodega, despalillado y leve estrujado, con encube y corta maceración con los hollejos.
El mosto procedente del sangrado es sometido a una fermentación alcohólica, en depósito de acero inoxidable. Por último, trasiega y permanencia con sus lías, durante un mes. Planta visual rosa coral, limpio, brillante, con alguna veta cobriza, desliza en la cercanía olfativa nostalgias de fruta roja madura, balsámicos y tics cítricos, granada, fresa de mata y grosellas. Entra en boca con suavidad, avanza con una buena seña de frescura, media untuosidad, sabrosa traza de acidez, buen registro de prolongación. Cierta envolvencia, expresión frutal y proyección vertical. Jugoso y lozano. Acompañando a la hamburguesa, muy delicioso. A veces la sencillez es el mejor de los aciertos.
Puntos El Alma del Vino : 16/20.
Comentarios
Publicar un comentario