Marqués de Murrieta Reserva 2016.



De mi cuaderno de cata y del mes de Diciembre de 2021, rescato al presente, esta aproximación a la referencia de Marqués de Murrieta vino tinto reserva en edición de añada 2016. Cata y degustación en buena compañía y reclutando para ello varias creaciones culinarias del restaurante La Huerta de Tudela. La más destacable a mi juicio, pimientos de cristal asados a la leña con huevo frito y velo de papada ibérica adobada. Un ensamblaje varietal con base mayoritaria de uvas Tempranillo y aportes menores de Garnacha, Graciano y Mazuelo. Fruta madre vendimiada en viñas de Finca Ygay, uno de los grandes tesoros de la denominación de origen, trescientas hectáreas ubicadas en la Rioja Alta, en su zona más al mediodía, con temperaturas algo más superiores a la media. Variedad de composiciones en el suelo, suelos son de múltiples composiciones, gravas, arcillas, pedregosos, férricas y areniscas y localización a una altitud sobre el nivel del mar de entre trescientos veinte y cuatrocientos ochenta y cinco metros. María Vargas al frente de las labores enológicas, lo cual es garantía de indudable éxito. Y no solo porque yo lo diga. Vendimia a finales del mes de septiembre y entrada de los racimos en bodega, con fermentaciones individuales según cada tipo de uva, en depósitos de acero inoxidable, remontados y bazuqueos durante un periodo de encubado de ocho jornadas y final maduración de dieciséis meses en barricas de madera de roble americano. Descorche y servicio en copa con la profesionalidad del sommelier del establecimiento, Miguel Ibáñez. Visual rojo picota de buena intensidad cromática, muy limpio y brillante, reflejos púrpura y grana. Nariz que recoge memorias de fruta roja en sazón, coco, finos balsámicos y un apunte de matorral de monte bajo y hierbas aromáticas. La fruta protagoniza el perfume. La boca abre serena, elegante, marcando bien los tiempos de su exhibición, acredita una muy buena maduración del fruto, seda en el avance, rotundo en fondo y forma, lineal de acidez que aporta elegancia, taninos maduros y bruñidos. Muy redondo, con volumen y estupenda seña de persistencia. Sin esconder ese punto de calidez tan icónico en los vinos finos de Rioja. Fascinante edición de añada.

Puntos El Alma del Vino : 18’50/20.

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