Ramón Bilbao Tempranillo Edición Limitada 2020.

La novela de caballería expresada en modo poético, Libro de Alexandre, datada en el siglo trece, y cuya autoría concreta se desconoce pese a teorías diversas entre las cuales se atribuye al ilustre representante riojano del mester de clerecía, Gonzalo de Berceo, una parte de manuscrito en la misma, incluye entre sus líneas el siguiente referente : “Ally fallaría ommes las bonas cardeniellas e las otras mejores que son las tempraniellas”. Las uvas de Calagraño, las arcaicas Alfonsinas y las eclesiásticas Cardeniellas, vieron desde su atropellada rusticidad como la Tempranillo avanzaba para estructurar vinos mucho más afinados, estructurados, afianzando un vino más selectivo en época de guerras, tabernas y rutinarias borracheras. La Tempranillo tiene en zonas de La Rioja y Castilla León, un pasado más que digno, benemérito. En el presente y con lo que respecta a la edición de vendimia 2020, la bodega Ramon Bilbao, ubicada en el municipio de Haro, defiende en el mercado un vino tinto con base monovarietal de Tempranillo, que en edición limitada, se elabora con fruta procedente de viñedos enclavados en diferentes puntos geográficos de la comarca de Haro. Cepas que se asientan sobre suelos de composición arenosa de baja feracidad, localizados a una altitud de entre cuatrocientos cincuenta y setecientos metros de altitud sobre el nivel del mar. Tras la cosecha y el traslado de los racimos a bodega, se procede con una cuidada selección de la fruta y una fermentación en tinos de madera, empleando levaduras autóctonas. Maduración durante quince meses en barricas nuevas de madera de roble francés, afinando diez meses en botella, antes de salir al mercado. Descorche y primer servicio en copa, extiende un manto cromático rojo picota con vislumbre grana, muy limpio y brillante. La proximidad aromática narra memorias de fruta negra y roja en sazón, balsámicos y suaves especiados y tostados. Entra en boca con frescura, amplio y bullicioso, equilibrado, poniendo las señas de identidad de la varietal protagonista en primer plano, apuntando cierta nota de calidez en el recorrido y detallando unos taninos pulidos, finos y golosos. Hay personalidad, estructura y muy buen gesto de persistencia. En la retronasal descubro el galardón de la fruta, un tic que recuerda regaliz y un embozo de madera tostada, guiños torrefactos más livianos. Una estupenda edición de añada de esta referencia, cuya responsabilidad técnica y enológica responde al trabajo de Rodolfo Bastida.

Puntos El Alma del Vino : 17’50/20.

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