Sánchez Romate Amontillado NPU.


La bodega Sánchez Romate plantea en el mercado un vino amontillado, NPU, elaborado en base a la variedad Palomino que se elabora mediante un fino que, después de un tiempo de crianza biológica, se somete a otro proceso de maduración sin flor, con perfil oxidativo. Un generoso emblemático, que te emulsiona desde interior de botella y copa, fragante, complejo pero natural, muy elegante y dotado de una estampa visual preciosa, limpia y brillante. Ambarinos, caobas, extienden un tapiz de alto lizo. Una exhibición de perfume que reúne nostalgias de frutos secos, avellana tostada, pasificación, muy fino barniz mobiliario, hoja de tabaco, femenino boudoir, salmuera, flor de naranjo, toffee y una muy suave nota balsámica. La fruta y los tostados se integran a las mil maravillas. Me viene a la memoria una frase de la exquisita escritora Marguerite Yourcenar, impresa en su obra Opus Nigrum, “El gran mérito de la magia y de la alquimia, su hija, era el postular la unidad de la materia, hasta tal punto que algunos filósofos del alambique habían creído poder asimilar ésta a la luz y al rayo.” Luz, rayo, motivación personal ante este maravilloso fluido. La boca se abre conjugando equilibrio, forma y fondo. La unión de dos tipos de crianza, biológica y oxidativa, perfila un encantador sentido de amplitud y despliegue, acidez en seña de equilibrio, muy buena prolongación y sabrosa persistencia. Las botas de roble americano aportan su influyente enjundia, con el rango de encaje preciso y precioso. Cuando degustar una copa de vino de Jerez, un amontillado se convierte en algo más que un simple gesto. Soberbio.

Puntos El Alma del Vino: 18/20.

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