Un viñedo, el mar de fondo, y una brújula que nos indica en qué dirección debemos volver al pueblo. Esta es una de las creativas líneas de la lírica sensación que transmite el vino libro de Estela Lecea, en sus parábolas para volar, el vuelo de un viaje hecho vino. Es emotivo para mi comprobar que literatura y vino tienen cabida en la realidad de una de las referencias de una bodega de la denominación de origen Rioja, algo que por otra parte siempre estuvo vigente, desde los manuscritos del genuino Gonzalo de Berceo, hasta autores como Juan Manuel Palacios, Hubrecht Dutjker o Manuel Llano Gorostiza. Letras al margen, Parábolas para Volar es un vino tinto elaborado a partir de uvas de la variedad Garnacha, fruta madre procedente de un antiguo viñedo familiar localizado en el término municipal de San Asensio. Maduración en barricas de madera nueva de roble francés durante un tiempo prudencial inferior a un año. El paso profesional previo de Estela por las tierras chilenas de Valparaíso, en el Valle de Casablanca, dejan su huella imborrable en este otro vino de Rioja. Lo cato en Logroño y me resulta una garnacha sabrosa, equilibrada, divertida y fresca, que mantiene una fidelidad identitaria fuera de dudas o apariencias. Recuerdos aromáticos de fruta roja en sazón, con un guiño cítrico jugoso, tic balsámico, guiño muy suave de matorral, jara. En el arranque de boca, se muestra vertical, despliega a lo ancho la punta pulposa, equilibrado en estructura, palpitante, con una sugerente prolongación, amable, con una tanicidad fina, golosa y madura. En Parábolas para Volar no encontrarán cabos sueltos, celofanes, ni tampoco corsés. Porque es un vino que surca los sentidos con afán de franqueza varietal, la de la Garnacha. Como en Juan Salvador Gaviota, ¡Volar es tanto más importante que un simple aletear de aquí para allá!.
Puntos El Alma del Vino: 17’25/20.
Comentarios
Publicar un comentario