Condición paritaria de las varietales Viura y Tempranillo Blanco forja la estructura de este vino blanco fermentado en barrica que Bodegas Martínez Alesanco defiende en el mercado. Una maduración de cuatro meses en barricas de madera de roble francés de diferentes capacidades, con un periodo adicional de afinado en botella que se prolonga durante treinta días. Pilar Torrecilla al frente de la gestión enológica de un vino que expresa, en mi opinión, dos argumentos indudables, el buen trabajo de removido de lías, con un paso en boca cremoso, glicérico, y una estructura plena de equilibrio, lineal de acidez, frescura, grado, todo ello bien armado, intensidad sin artificios. El roble hace su labor sin restar protagonismo a la fruta, bien proyectado, sin boiras. Resplandece limpio y brillante, amarillo pajizo, armado en la cercanía aromática con evocaciones de fruta blanca y guiños cítricos, suaves balsámicos, mantequilla francesa, heno, nogal y ramillete de flores blancas. Buen tono de complejidad, siempre con las memorias frutales protagonistas, pera, manzana y ciruelas proustianas maduras. Muy buena seña de persistencia, armonioso y con una retronasal que se mantiene firme en fruta y flora. Un croque-en-bouche de la denominación de origen Rioja, fresco y en una magnífica edición de vendimia.
Puntos El Alma del Vino: 17’50/20.
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