Mi primera aproximación histórica a esta referencia de la bodega de Corberá de Ebro, Celler Frisach, responde a la edición de vendimia 2015. Fue una experiencia que recuerdo con amplia satisfacción, sabroso y magnifico vin rosat, escribí. Hoy descorché la añada 2021 y puedo decir que mantengo un criterio parecido. Joan y Francesc Ferré recogen el testigo de sus ancestros agricultores y con un triunvirato de Garnachas, Blanca, Gris y Negra, procedentes de Finca Trufes, un espacio vitícola con suelos de componente arcillo calcáreo, elaboran un vino que supone un altar a la fruta, muy sabroso, identitario, avalado por tareas de agricultura ecológica a pie de viña. Lo he armonizado con unas porciones de botifarra fresca en sartén. Que a buen seguro el mismísimo Josep Pla hubiera bendecido la unión. Elaborado de modo natural, evitando filtrado y clarificado, estabilizado por el gélido invierno y sin sulfitos añadidos. Maceración con las pieles, prensa suave y obtención del mosto que se deposita en tanques de acero inoxidable, lugar donde se lleva a buen término la fermentación alcohólica. Escena visual rosa cobriza, reflejos piel de cebolla, limpio y brillante. Perfume que recuerda cítricos, ralladura de piel de naranja, granada, balsámicos suaves y flores y paseo primaveral por el campo, silvestre y no exento de un fragante aire de matorral. La boca es jovial, fresca, jugosa, buen despliegue de acidez, vibrante en el avance, esbelto pero profundo. Una de esas referencias que recomiendo disfrutar. Un vino rosado con escarapela y mucha enjundia. Muy buena edición de añada.
Puntos El Alma del Vino: 18/20.
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