Garena Txakolina 2022.


Los que somos. Garena. Una referencia de txakoli asentada en el vizcaíno Valle de Arratia, localidad de Dima, enlazada por cercanía con los espacios naturales de Gorbea y Urkiola. Ginenetik garenera, blasón del dominio, De lo que fuimos a lo que somos, una frase que refleja con eficacia la progresión de este fluido desde su primera alusión documentada, a inicios del siglo diecisiete, hasta el presente. Lo que siembra una curiosidad inicial cuando te acercas a esta botella, es comprobar que su contenido está gestionado de un modo inverso al habitual, la proporción mayoritaria es la Hondarrabi Zerratia, muy por delante de la Hondarrabi Zuri. Vino de parcela única, son cinco hectáreas emplazadas a doscientos metros de altitud sobre el nivel del mar y orientadas a mediodía. Los suelos donde las cepas toman asiento ofrecen una composición franco arenosa, con base rocosa caliza y marga. La segunda singularidad reside en que este txakoli se defiende como marca desde un establecimiento de restauración dirigido por el chef Julen Baz, y la elaboración del mismo se lleva a buen término en Larrabetzu, en la bodega Gorka Izaguirre. Elaboración independiente según cada variedad, madurando con lías una parte del ajuste final. Un diestro, nada aparente Bizkaiko Txakolina, que esgrime un cromatismo amarillo pajizo, limpio y luminoso, dejando en la cercanía aromática nostalgias de manzana golden, finos cítricos, balsámicos, flor de azahar y un guiño meloso muy fino que se coordina con almendra verde. Boca que abre muy fresca, volumen en el avance, untuoso, con una estupenda planta de acidez, jugoso y persistente. La retronasal añade a los registros del perfume, un nítido y suave recuerdo de etxeko biskotxat.
Muy buena edición de vendimia, para un txakoli con mucha personalidad.

Puntos El Alma del Vino: 17’25/20.

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