Desde la localidad de Ventas Blancas, enmarcada en pleno riojano Valle del Jubera, amparado por la excelente condición de Finca La Oración, Paco Oliván y su Bodega Hacienda Grimón plantean una colección de referencias en las que la fruta es siempre protagonista principal en una película, en la que también toma parte la enóloga Alexandra Schmedes, muy reconocida por su labor en el proyecto Bodegas Más Que Vinos, Ercavio. Una de las propuestas es el Labarona, un tinto reserva que en su edición de cosecha 2018 he catado y degustado, enviándome gratificantes señales. Uvas de Tempranillo y Graciano, procedentes de las latitudes riojanas de Lagunilla de Jubera y Santa Engracia, viñas que se localizan a una altitud de seiscientos cincuenta metros sobre el nivel del mar, asentadas en suelos de arcillas rojas sueltas, rodeadas de una estupenda variedad de flora y fauna, un paraje natural privilegiado. En Hacienda Grimón trabajan con rendimientos reducidos, gestionando en base a criterios sostenibles y de inmaculado respeto al medio ambiente. Labarona acredita un proceso de vinificación convencional, con un proceso de maduración de dieciocho meses en barricas de madera de roble francés y americano. Cromatismo rojo apicotado, muy limpio y brillante, reflejos púrpura y grana, deslizando en la cercanía olfativa nostalgias francas de fruta roja y negra maduras, guiños de confitura, jaleas, gesto balsámico y especiados dulces, fondo de bombón inglés y más ligero guiño de granos tostados de café y de brezo. Buena complejidad con la fruta dirigiendo la exhibición de la fragancia. Mucha frescura en boca, magnífica balanza en la estructura, volumen, sensaciones de ducha de fruta, taninos cremosos, golosos, el vino tiene buena seña de persistencia. Eurítmico, intenso. Cuando el punto de maduración es bueno y la calidad de la fruta también, el resultado no deja lugar a la duda. Estupenda, consistente y fresca edición de añada del Labarona.
Puntos El Alma del Vino: 17’50/20.
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