De viñas viejas de la varietal Garnacha, localizadas en colinas situadas a una altitud de entre setecientos y mil metros sobre el nivel del mar, surge este Atteca, un monovarietal acogido a la denominación de origen Calatayud. Influencia climatológica continental, para un vino en cuya elaboración se procede con un proceso de fermentación en continentes de acero inoxidable, maloláctica en barricas de madera de roble francés y una maduración final de diez meses en idéntico tipo de tonelería. Bella estampa, profundo cromatismo rojo picota, reflejos púrpura, brillante y limpio. Apunta en nariz recuerdos de fruta roja y negra en sazón, flores y balsámicos, guiño de hierbas aromáticas, la influencia de la madera casi imperceptible, tic tostado muy suave, toffee. La boca expresa mucha fruta, frescura en el paso, taninos maduros y golosos, sapidez y buena seña de persistencia. En la retronasal aparecen gestos varietales, piel de naranja, confitura de fruta, moras de zarza, cerezas y ciruelas rojas. Una buena añada que apuntala la reputación histórica de las garnachas bilbilitanas. Para presumir de ellas.
Puntos El Alma del Vino: 17’25/20.
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