Primera añada en el mercado de esta referencia de Pilar Fernández Eguiluz, denominada Grano a Grano, que surge después de una selección de quinientos kilos de uva y ciento sesenta y seis horas de artesano desgranado manual. Fruta madre de la varietal Tempranillo, cosechada en los parajes San Prudencio, El Parrujal y El Herrón, dentro del término municipal de Ábalos. Viñas centenarias, que con su ciclo vegetativo, dan luz a este vino tinto, madurado en barricas de madera nueva de roble francés, durante un periodo de catorce meses. No basta con que un artista sea un hábil artesano, debe amar y acariciar su lienzo también, pregonaba el genial pintor y escultor impresionista francés Pierre Auguste Renoir. Y en esas coordenadas se mueve la vitivinicultora de Ábalos. Artesanía y pasión. Solo hablando con ella de este fascinante universo, durante unos minutos, florece esa verdad. El algodón no engaña. Tampoco en este Grano a Grano. Versátil propuesta, un todo terreno, incluso en la original presentación, porque la estampa de la etiqueta, obra de Jose Uriszar Leiva, va suelta, amarrada por una maroma a fin de que quien quiera, pueda guardarla, no solo en la memoria. Cromatismo rojo picota, con limpieza y brillo, vislumbre púrpura y grana, la nariz recoge nostalgias de fruta roja y en menor medida negra en sazón, balsámicos, guiños silvestres, especiados suaves, puntos de confitura y kirsch, matorral de jara y más huidizo tomillo. Boca sápida, con frecuencia de frescura y un atisbo de calidez, longitudinal, taninos pulidos y maduros, la fruta presume, amable seña de persistencia. Un guión de cata y degustación que hace salivar, expresando en la retronasal evocaciones de ciruelas rojas, cerezas, salmuera y salvia. La Tempranillo, reluciente.
Puntos El Alma del Vino: 18/20.
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