Base mayoritaria de la varietal Tempranillo con un pequeño y testimonial aporte de uvas de Mazuelo, dan luz a esta referencia de Bodegas Lecea, fruta originaria de viñas viejas ubicadas en el municipio de San Asensio, norte cardinal de la denominación de origen Rioja. Tierra perolera, en la que los hombres y mujeres del agro, portaban marmitas con sustento cuando acudían a la viña a laborar. De ahí el cariñoso apelativo popular. De cepas plantadas en suelos de componente arcillo calcáreo, nace la fruta madre, elaborando un vino tinto desde los calados del siglo dieciséis, propiedad de la familia y localizados en el Barrio de las Bodegas de la localidad. Vinificación convencional que incluye un período de maduración de veinte meses en barricas de madera de roble francés más un tiempo adicional de afinado en botella que se prolonga durante un año. Finura, detalle y estructura, una referencia redonda, matizada por roble y hormigón, mimada y observada con tiento, antes de salir al mercado. Colorea la copa con limpieza y brillo, rojo picota con reflejos púrpura y grana, memorias de fruta roja, confitura, muy ligero kirsch, nota balsámica y suaves especiados dulces, fondo tostado. Fragancia equilibrada, manda la fruta. Arranca la boca con estilo, armonioso de principio a fin, sápido y con una buena integración de acidez y grado alcohólico, taninos maduros y pulidos, longitud, amplitud y persistencia. Un vino fino de Rioja con aire de actualidad. Fantástica edición de añada.
Puntos El Alma del Vino: 17’75/20.
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