La casta Xarel·lo Vermell tiene todo el protagonismo en este vino rosado de la bodega Gramona, que en lo que respecta a la edición de vendimia 2022 me ha concedido unos apreciables momentos de cata y degustación, expresivo en cuanto a fruta y frescura, con una enseña visual vinculada a los vinos claretes de Rioja, los de toda la vida, pero en este caso trasladada desde una denominación con cristalina tradición, legendaria, como es la del Penedés catalán. Sant Sadurní d’Anoia, centro de operaciones de un dominio cuya fundación data del año 1850. Aval de labores de agricultura ecológica en el viñedo, espacio de la finca Las Solanes, dos hectáreas de suelos arcillo calcáreos, cosecha manual del fruto y en bodega, maceración en frio durante dos jornadas y fermentación en continentes de acero inoxidable. Plantea en copa parada un lienzo estético rosa pálido, piel de cebolla, cobrizos, limpio y brillante. En la proximidad aromática esgrime nostalgias de melocotón de viña, granada, flor de naranjo y azahar, más ligero tono balsámico. Fragancia frutal y floral, guiños cítricos. Abre en boca muy fresco, prolongado, despliega una buena línea de acidez, crepita, incita la salivación, por momentos se masca la fruta madre. Persistente y divertido. Decía el genial escritor de Palafrugell, Josep Pla, que la primavera la anuncia ineluctablemente el canto del primer ruiseñor. Mart 2022, en clave de alegoría, podría ser una cantarina avecilla de esa condición, trovando al alborada.
Puntos El Alma del Vino: 17’50/20.
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