Uvas de las variedades Arinto, Viosinho, Gouveio y Malvasía Fina, se ponen al servicio del enólogo Carlos Alves, y por añadidura de la legendaria bodega Kopke, ubicada en Vila Nova de Gaia, para dar vida a este vino blanco seco de Oporto. Fruta cosechada en viñedos, por una parte dispuestos en suaves pendientes, en traza horizontal, por otro en lo que se define como Vinha ao Alto, traza vertical de plantación, asentadas en suelos de componente esquisto gris y granito, ubicadas a una altitud variable sin sobrepasar los seiscientos metros sobre el nivel del mar. Alves vinifica comenzando con un proceso suave de maceración, para la extracción de color y aromas, siguiendo con el prensado del grano y la fermentación alcohólica que tiene lugar en continentes de acero inoxidable. Esta se interrumpe, añadiendo aguardiente de uva, logrando así el fortificado. Finalmente y combinando vinos con niveles diversos de maduración y origen, se lleva a buen término la crianza en acero inoxidable y madera durante un tiempo mínimo de tres años. Bella estampa cromática limpia y brillante, con tonos amarillos pajizos y dorados, desplegando en la proximidad aromática recuerdos de confituras de fruta, almíbares, ralladura de limón, membrillo, flor de Crambe, panal de abeja muy sutil y algunos frutos secos tostados, con perímetro de salinidad mineral. Boca golosa, armonizada desde el arranque con guiños del proceso de encabezado, fresco y con un fino tic de dulzor, estructura en equilibrio, se desliza la línea de acidez, media sensación grasa, largo y profundo. Fascinante.
Puntos El Alma del Vino: 18’25/20.
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