Un sacerdote de Labastida, comprometido entre otras labores con el estudio del viñedo, viajero ocasional a Francia, tierra bordelesa, de donde iba obteniendo piezas para su puzzle personal, que finalizado debía dar un paisaje determinado, tal y como en el presente describen los responsables de comunicación de la bodega que lleva su nombre, aprisionar el carácter de la uva, en un vino que fuera capaz de retar al tiempo. Manuel Quintano está considerado en el presente como uno de los iniciadores de las maduraciones de Rioja, obcecado en el estudio, comprometido con su localidad natal e instigador de una técnica, que aunque pudiera parecer que ha existido toda la vida, forma parte de una evolución temporal, de la viña a la bodega. El vino tinto Garnacha se elabora con fruta madre procedente de los viñedos labastidenses de nombre El Crucero, El Portillo y Los Herreros, tierras con aval de veteranía, en cuyas cepas se realiza una cosecha manual de los racimos, procediendo en bodega con una elaboración individual de cada parcela y una maduración que se prolonga durante un periodo de diez meses en barrica de madera de roble francés. Exhibe en copa parada un cromatismo rojo picota con reflejos púrpura, limpio y brillante, nariz que amalgama nostalgias de fresa de mata, ciruelas rojas y piel de naranja, con atisbos balsámicos, botica y un fino detalle que evoca matorral silvestre y en medida más ligera paloduz. Boca que abre con fluidez y un punto agradable de rusticidad, avanza sustancioso, con los taninos maduros y redondos, sapidez, equilibrio y una suave brisa de confite en la retronasal. Apacible. Edición de vendimia 2020, gustosa.
Puntos El Alma del Vino: 17/20.
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