Biggus Dickus, Pijus Magnificus. Hacer que la presentación de un vino se llene de chispa, encendiendo la antorcha de la simpatía, es un añadido más que en el caso de esta referencia de VIÑA ANE, cobra especial relevancia. Un ensamblaje de uvas de las castas Tempranillo, Garnacha y Graciano que tienen origen en las parcelas La Vejera y El Molino, asentadas en suelos de composición arcillo calcárea. Despalillado, bazuqueos, fermentación y maceración, con un periodo de maduración de trece meses en barricas de madera de roble francés. Y la cuestión es que es un vino tinto fresco y divertido, que inocula jarana. Despliega un tapiz rojo picota intenso, con limpieza y brillo, reflejos violáceos, y como describiría un buen amigo mío, artista riojano, carmín de garanza. Nariz que registra nostalgias de fruta roja y negra en sazón, balsámicos y bombón inglés, con destellos silvestres y un guiño de fina mineralidad. Boca jugosa, con buena lanza de acidez, taninos sápidos y ligeramente marcados, paso sustancioso, refrescante en el recorrido y en el alcance del paladar. Muy buena seña de persistencia, con la retronasal frutal y especiada fina. Un vino de los Fasti Triumphales, del que la centuria romana, sin duda, hubiese dado buena cuenta. Pijus Magnificus 2021, evocador.
Puntos El Alma del Vino: 17’50/20.
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