Almazcara Majara y su patrón Javier Álvarez defienden en el mercado este Cobijo del Pobre que gracias a su generosa aportación, he podido catar en su edición de añada 2023. Un vino blanco monovarietal de la casta Godello, que se elabora con fruta procedente del espacio vitícola mencionado como Los Barrios, ubicado en los límites territoriales del municipio de Ponferrada, comarca del Bierzo, en la confluencia de los ríos Sil y Boeza, al noroeste de la provincia de León. Viñas asentadas en suelos de componente aluvial, localizados a una altitud de entre quinientos y seiscientos metros sobre el nivel del mar. Con una influencia climatológica mediterráneo continental, durante el ciclo vegetativo de la viña, Cobijo del Pobre es un vino sincero, largo en su expresión, con un tono de acidez y frescura que convierten su aporte en una excusa perfecta para servir de armonía, por ejemplo y tal como he decidido hoy, a un rodaballo al horno con apaño bilbaíno. Cromatismo amarillo pálido, tonos glaucos, limpio y brillante, dejando en la proximidad aromática nostalgias cítricas, ciruelas proustianas, bergamota, camomila, ligero cilantro, heno y memorias de colmena en el cierre. Abre en boca con buen avance de frescura, paso graso, longitud, cierta envolvencia y un gesto de acidez que le da empaque. Media alta seña de persistencia, nervio. Un vino que en su edición de añada 2023, me ha resultado óptimo. La frescura de la aurora, tal como expresó el novelista inglés Arthur Charles Clarke en una de sus obras, The City and the Stars (1956) para describir la observancia de la vida por primera vez.
Puntos El Alma del Vino: 17’75/20.
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