Base varietal mayoritaria de uvas Tempranillo con un porcentaje menor de fruta de la casta Garnacha, forjan la estructura de este El Andén de la Estación, que Bodegas Muga incluye en su colección de referencias, acogiendo racimos procedentes de viñas que cumplen su ciclo vegetativo asentadas en suelos dispuestos en terrazas de composición arcillo calcárea. Proceso convencional de vinificación finalizando mediante un tiempo de maduración de catorce meses en barricas de madera de roble francés y centro europeo. Resuelto, dinámico, con equilibro expresivo, la influencia de la madera que le sirve en la maduración, bien integrada. La fruta roja manda en la organoléptica, con nostalgias balsámicas, florales y un fondo tostado amable y comedido. Antonio Machado nos traslada en su poema El Tren, aquello de “Yo nunca duermo en el tren y, sin embargo, voy bien. Siempre nos hace soñar y casi, casi, olvidamos el jamelgo que montamos”. Voy ligero de equipaje, igual que yo, inmortal poeta sevillano. Porque para catar este vino de la familia Muga, no es necesario abundar en valijas y bagajes. Solo es necesario, tras el descorche, comprobar como se desenvuelve desde su presencia en el interior de la copa, paso de media fluidez, consistente y prolongado, con la enérgica templanza de la Tempranillo de Rioja y el aporte de taninos, fragancia y untuosas galas de la Garnacha. Un tic balsámico amargo muy sabroso que concede mayor enjundia, sustancia y personalidad. Edición de vendimia 2019, nos hace soñar desde el goloso carácter de la fruta madre bien madurada que le da vida. Un homenaje nominativo del Barrio de la Estación y del cercano contexto ferroviario que le acoge. Un placentero andén.
Puntos El Alma del Vino: 18/20.
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