Un vino Tawny de Oporto puede definirse sin exceso de liturgia como un ensamblaje de cosechas diferentes, cotas de maduración variable, maduradas en barricas y toneles. Burmester plantea este vino con la cosecha de varietales propias del Douro, bajo la dirección técnica del enólogo Carlos Alves. Primer paso maduración en tinas de roble y después de cuatro años se ensambla. La fruta madre procede en mayor medida de cepas asentadas en suelos de composición arenosa y esquistosa, mezclada con granito en algunas zonas del terreno. Plantea en copa parada un aspecto visual leonado, con retazos grana y rubí, limpio y brillante, media presencia de incipiente lágrima. Nariz que en la proximidad aromática acoge recuerdos de fruta roja, arropes, almendra y nuez, un guiño balsámico muy liviano que se funde con tostados y punto de ebanistería, vainilla de fondo. La boca es amplia, golosa, con paso medio untuoso y buena armonía de calidez y frescura, la traza de acidez aporta viveza, sustancioso, con una expresión de dulzor controlada y natural. Buena seña de persistencia. Un Tawny de Oporto que habla de un buen punto de maduración, de una maceración adecuada y sobre todo de una condición frutal magnífica, fuera de cualquier debate. El equilibrio oxidativo y la garantía de su promotor, la casa Burmaster, hacen el resto.
Puntos El Alma del Vino : 17’75/20.
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