Al parecer y debido a un proceso de transferencia de polen desde los estambres hasta el estigma, polinización, surgió la varietal Chardonnay, hija de un cruce de la Pinot Noir y la casi extinta Gouais Blanc. Con más que presumible origen histórico en el viñedo de Borgoña, documentada en el lejano siglo X, y en la población que le otorga el apelativo, un pequeño núcleo rural de poco más de la centena de habitantes, la Chardonnay es una variedad vigorosa, adaptable, de relativa fiabilidad y facilidad en las labores agrícolas de cultivo. La bodega conquense Finca La Estacada sugiere en el mercado este vino blanco fermentado en barrica, un monovarietal de la varietal, que en la edición de vendimia 2023 acabo de catar. Fruta madre proveniente de vendimia nocturna, que tras su traslado a bodega se vinifica de un modo convencional, con el método de fermentación llevado a buen término en barricas de madera de roble francés, con permanencia de lías. Estampa visual amarillo pálida, limpia y brillante, con reflejos pajizos, recuerdos aromáticos de manzana y limón, ramillete de flores blancas, guiños melosos y algun gesto que evoca mantequilla francesa. Más liviano punto balsámico. Boca fresca, el punto de fruta empieza tímido y termina dominante, buena concentración, sápido, prolongado, buen tono de persistencia. Una retronasal que abunda en cítricos y fruta blanca, retornos florales y silvestres. Buena edición de añada.
Puntos El Alma del Vino: 17/20.
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