Ácidos fenólicos y flavonoides constituyen la parte principal del contenido polifenólico presente en las uvas de todas y cada una de las variedades conocidas. En lo que respecta a la casta Maturana, los académicos coinciden en que es una de las varietales de mayor contenido. La piel y las pepitas de la Maturana encierran ese aporte de moléculas antioxidantes y ello contribuye de algún modo en una óptima extracción sin tener que proceder a muchos procesos de remontado. Los hermanos Hernáiz lo saben y desde su bodega Finca La Emperatriz defienden en el mercado esta edición limitada, referente de la añada 2020, en cuya elaboración se procede, tras la vendimia de los racimos con el uso de depósitos de hormigón, fermentación alcohólica y posterior maloláctica, esta en un combinado de hormigón, tinas de madera y barricas de varios usos. Maduración por un tiempo de diez meses en barricas de roble, evitando la madera nueva. La fruta madre proviene de dos viñedos, uno localizado en el término municipal de Navarrete y el otro en Baños de Rioja, exaltación de diversidad de la misma varietal. Tras el descorche y primer servicio en copa, amanece un cromatismo rojo picota, con reflejos púrpura y grana, limpio y brillante. Aromas que recuerdan fruta negra en sazón, balsámicos y especiados, perfume con origen en la influencia del roble, matizado y en segundo plano, por detrás de la personalidad identitaria de la fruta. Fondo tostado. Apertura en boca muy agradable, intensa, buen tiro de acidez, volumen, taninos marcados en clave media, golosos y maduros, amables. Persistente, amplio y prolongado. Retronasal que relata evocaciones de moras, ciruelas, pimienta y guiño torrefacto. Hay que degustarlo para conocer de cerca la casta Maturana.
Puntos El Alma del Vino: 17’25/20.
Comentarios
Publicar un comentario